sábado, 29 de agosto de 2020

Lección de la tragedia de Los Olivos: ¡Aprendamos a valorar la vida...!

Una angustiada madre llora ante el escenario de la tragedia. (Perú 21).
          
"¡Me quitaron a mi hija...! --gritaba descorazonada una madre.
          
"Ella va a fiestas con sus amigas y siempre regresa. Hoy, no ha venido y estoy asustada..." --declaraba otra.
          
"Me dejó al bebé. Se fue y ya no vino..." --entre sollozos, pronunciaba una más.
          
Desesperadas exclamaciones de familiares que buscaban a sus hijas corriendo entre las comisarías y la morgue.
          
Otra señora completa la lista de la desgracia. Cuenta ella que su hija, mamá de su nieto, cuyo padre murió en un accidente, había fallecido.
          
Son las voces del dolor que ensombrecieron, aún más, la noche de ese sábado negro en una lúgubre discoteca de Lima.
          
Una fiesta clandestina que, haciendo trizas todos los protocolos, nunca debió realizarse.
          
Y unos jóvenes que, despreciando la vida y la salud, quisieron burlarse de las advertencias ante el flagelo de la pandemia.
          
Para quienes 600 mil contagiados y 27 mil fallecidos que ubica al Perú en un  terrible primer lugar, no significó nada.
          
Los exámenes clínicos confirmaron las sospechas. Cerca del 70 por ciento, entre víctimas y detenidos, dieron positivo.
         
Pecaron por irresponsables los organizadores, las autoridades municipales y los asistentes.
          
El local carecía de licencia. En el permiso inicial jamás debió aceptarse el rubro: "Otras actividades empresariales".
         
Los participantes debieron eximirse de acudir porque "las reuniones están prohibidas".
          
La responsabilidad es el valor humano que nos motiva el cumplimiento de nuestras obligaciones.
          
Igualmente el compromiso o cuidado que debemos tener al tomar decisiones o realizar algo.
          
¿Tuvieron en cuenta estas consideraciones los protagonistas de los hechos que ahora lamentamos...?
          
No. Es la respuesta que salta a la vista.
          
Solo queda extraer la lección.
         
Aprender que la vida no es un "vacilón". Si no un bien supremo del ser humano. Digna de preservar...
       

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