Se bajó el telón de la Copa
América para Perú. Volvemos a casa.
El
duro traspié ante Canadá nos marcó. La valla por superar fue muy alta. En
Argentina los relevos suman.
Los
cálculos sirvieron para crear falsas expectativas. El fútbol no se alimenta de
suposiciones. Ni especulaciones. Se demuestra.
¿Cómo...?
Con excelencia en el dominio del balón. Estado físico. Disciplina. Jerarquía. Y metiendo goles.
Justo lo que nos falta.
Queda como único consuelo la más clarita. El cabezazo al palo de Zanelatto, a los 88. Con el "Dibu" vencido y la pelota sonriendo cerca a la línea.
Frente
a Chile, Canadá y Argentina, Perú completó más de 360 minutos sin anotar.
El
trago amargo de la Copa, que nos despidió en la fase inicial desde el año 1997,
sirvió para sacar conclusiones y mirar lo que viene.
Los
problemas son del mediocampo para adelante. Atrás, Gallese, Zambrano, López,
Cartagena, Sonne y el mismo Araujo, defienden.
Alejémonos
de vivir de recuerdos. De quienes nos alegraron en la previa y el Mundial de
Rusia 2018.
Es
el momento de los jóvenes. No queda otra. Apoyemos a los que tenemos. Reyna, Grimaldo, Zanelatto,
Rivera, Quispe y otros.
Rogando
que al reiniciarse la Liga 1 surja o se consolide algún artillero que siga la
brillante huella que deja Guerrero.
En dos meses y centavos, se reanudan
las eliminatorias al Mundial. Ecuador y Colombia. que la mueve a satisfacción,
nos esperan...
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