Abordé un taxi. Casi al instante, el piloto recibió una llamada a su celular e inició un pérfido diálogo aderezado con palabras de alto calibre.
Guardé la calma y le invoqué que
dejara de hacerlo. Volteó. Me miró con ojos que me atravesaron la cara y, a
regañadientes, aceptó.
Otro día, iba acompañado de mi
esposa. Cerramos la puerta y el joven chofer empezó a correr como loco.
--
Por favor. Puedes ir más despacio --le dije. Siguió
en lo suyo. Por suerte, el auto se detuvo en un semáforo y aprovechamos para
bajar.
No es la regla. Pero, casos como
estos, son intolerables. La mayoría de taxistas son atentos y conversadores.
Refrescamos estas anécdotas, ahora que
el ejercicio es libre y quien desee, puede ofrecerlo, sin pertenecer a una
empresa
Un reclamo de los taxistas que duró
años, lo solucionó el alcalde de Trujillo, Mario Reyna, con un decreto, en un
día.
La tarjeta de circulación no se renovará cada 2, sino 10 años
(?), a pedido de unos 6 mil taxistas informales. ¿No originará problemas...?
En
la ciudad había 95 empresas y 16,800 taxistas formales. A ellos se añaden los
irregulares La cifra total bordea los 25
mil.
Hace
años, el centro histórico de Trujillo es un problema con tanto taxi y, en
algunas calles, un solo carril para circular.
Además
del registro oficial municipal, son necesarios ciertos detalles que deben cumplir
los conductores.
Como
portar, en lugar visible, una ficha de identificación personal. Con nombre,
DNI y foto. Documentos en regla y SOAT.
Y
la farola para distinguirlo del auto particular.
Ofrecer
trato amable y de respeto a los usuarios. No hablar por celular. Evitar sonar
el claxon para llamar clientes. Bajar el volumen del radio.
La
promesa de manejar con precaución y acatar las normas de tránsito. Mantener el
aseo personal y la limpieza del vehículo.
Son
apenas algunas ideas que la autoridad edil puede perfeccionar.
Aspectos
básicos que garantizarán trasladarnos de un lugar a otro confiados y seguros...
No hay comentarios:
Publicar un comentario