Cumpliendo
con una promesa lanzada en el discurso de fiestas patrias, Pablo Kuczynski
aumentó el sueldo a los policías y militares.
El pleno del
congreso aprobó por unanimidad el dictamen de la comisión de presupuesto que
favorece a ese importante sector del Estado.
La
evidencia del interés por la medida reside en que, esta vez, el ejecutivo y el
legislativo caminaron estrechados de la mano.
Aún
más, la aplicación del quinto tramo de los incrementos progresivos, iniciados
el 2012, se adelantó para este mes.
Mediante
el nuevo sistema, los oficiales ganarán 4,300 soles y los suboficiales 3,700
que, según las primeras opiniones, "es justo".
Lo
demostró la presidenta de la comisión de presupuesto quien destacó la necesidad
que policías y militares tengan una remuneración acorde con su labor, responsabilidad
y riesgo.
Es
posible que el aumento haya sido motivado por la ola de violencia que, con la
corrupción, son las que más dolores de cabeza dan al gobierno.
La
ciudadanía espera que los beneficiados queden satisfechos y en los próximos
operativos contra la delincuencia no caiga ni un solo agente.
Al
otro lado de la orilla, preocupa un sector de profesionales del magisterio, en
calidad de cesantes y jubilados de la ley 20530, del cual nadie se acuerda.
Para
compensar a los docentes que ganaban poco, a fines de los noventa se autorizó
el otorgamiento de una bonificación especial.
Fue
el Fondo Nacional de Ahorro Público que equivale a poco más de trescientos
soles otorgados dos veces al año.
Según
el reglamento, aprobado hace cerca de veinte años, se dispone al monto un tope
máximo de los mil soles.
Aparte,
hay una norma que autoriza al ministerio de Economía otorgar un promedio de
treinta soles mensuales cada año a los pensionistas al cumplir los 65 años.
Esta
medida arrastra, como incontenible corriente, a quienes tienen más edad hasta
llegar a los fatídicos mil soles y... adiós bono del FONAHPU.
En
esta forma, el beneficio de unos cuantos soles que reciben los pensionistas se
convierte en una trampa mortal.
Los
directores de colegio, subdirectores o jefes de departamento fueron las
primeras víctimas. Quienes viven, pueden dar testimonio del atropello.
Un
día que no desean recordar, se les dejó una nota dándoles la mala nueva. Superaron
los mil soles y dejarán de percibir el FONAHPU.
Y
no queda allí. En el colmo de la humillación se les obliga asistir a la oficina
de pensiones para estampar su firma y aprobar la ignominia.
Esa
escena, que parece extraída de una película del holocausto, ocurre hoy, en plena
era digital, de los aparatos de última generación y las 4G, ante la vista de
todos.
Nadie
se opone al aumento para los policías y militares. Está muy bien. Solo
invocamos un trato humano y digno para los longevos maestros jubilados.
El
costo de vida se eleva cada año. Eso convierte en desfasada la norma, dada hace
tiempo, que pone el tope mil soles a los pensionistas.
Devolverles
el FONAHPU a quienes lo perdieron, permitirles mantenerlo a los pocos que aún lo
reciben, así como la posibilidad de un aumento, es todo lo que piden.
¿Uno
de los 130 congresistas o alguien del gobierno inclinará abajo la mirada para
escuchar sus reclamos...?
No hay comentarios:
Publicar un comentario