lunes, 24 de octubre de 2016

Aumento a policías: ¡Y la ignominia contra los jubilados...!


 

Dentro de unos días se concreta un importante aumento a la policía. Sin embargo, hay un sector de maestros jubilados que están condenados a no ganar más de mil soles... (Foto Prensa Virtual Trujillo).
 

          Cumpliendo con una promesa lanzada en el discurso de fiestas patrias, Pablo Kuczynski aumentó el sueldo a los policías y militares.
          El pleno del congreso aprobó por unanimidad el dictamen de la comisión de presupuesto que favorece a ese importante sector del Estado.

          La evidencia del interés por la medida reside en que, esta vez, el ejecutivo y el legislativo caminaron estrechados de la mano.

          Aún más, la aplicación del quinto tramo de los incrementos progresivos, iniciados el 2012, se adelantó para este mes.

            Mediante el nuevo sistema, los oficiales ganarán 4,300 soles y los suboficiales 3,700 que, según las primeras opiniones, "es justo".

          Lo demostró la presidenta de la comisión de presupuesto quien destacó la necesidad que policías y militares tengan una remuneración acorde con su labor, responsabilidad y riesgo.

          Es posible que el aumento haya sido motivado por la ola de violencia que, con la corrupción, son las que más dolores de cabeza dan al gobierno.

          La ciudadanía espera que los beneficiados queden satisfechos y en los próximos operativos contra la delincuencia no caiga ni un solo agente.

          Al otro lado de la orilla, preocupa un sector de profesionales del magisterio, en calidad de cesantes y jubilados de la ley 20530, del cual nadie se acuerda.

          Para compensar a los docentes que ganaban poco, a fines de los noventa se autorizó el otorgamiento de una bonificación especial.

          Fue el Fondo Nacional de Ahorro Público que equivale a poco más de trescientos soles otorgados dos veces al año.

          Según el reglamento, aprobado hace cerca de veinte años, se dispone al monto un tope máximo de los mil soles.

          Aparte, hay una norma que autoriza al ministerio de Economía otorgar un promedio de treinta soles mensuales cada año a los pensionistas al cumplir los 65 años.

          Esta medida arrastra, como incontenible corriente, a quienes tienen más edad hasta llegar a los fatídicos mil soles y... adiós bono del FONAHPU.

          En esta forma, el beneficio de unos cuantos soles que reciben los pensionistas se convierte en una trampa mortal.      

          Los directores de colegio, subdirectores o jefes de departamento fueron las primeras víctimas. Quienes viven, pueden dar testimonio del atropello.

          Un día que no desean recordar, se les dejó una nota dándoles la mala nueva. Superaron los mil soles y dejarán de percibir el FONAHPU.

          Y no queda allí. En el colmo de la humillación se les obliga asistir a la oficina de pensiones para estampar su firma y aprobar la ignominia.

          Esa escena, que parece extraída de una película del holocausto, ocurre hoy, en plena era digital, de los aparatos de última generación y las 4G, ante la vista de todos.

          Nadie se opone al aumento para los policías y militares. Está muy bien. Solo invocamos un trato humano y digno para los longevos maestros jubilados.

          El costo de vida se eleva cada año. Eso convierte en desfasada la norma, dada hace tiempo, que pone el tope mil soles a los pensionistas.

          Devolverles el FONAHPU a quienes lo perdieron, permitirles mantenerlo a los pocos que aún lo reciben, así como la posibilidad de un aumento, es todo lo que piden.

          ¿Uno de los 130 congresistas o alguien del gobierno inclinará abajo la mirada para escuchar sus reclamos...?

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