lunes, 17 de octubre de 2016

Inquilinos del congreso: ¡Garantía por posibles daños...!


          Todo empezó con el pedido de una congresista que deseaba efectuar reparaciones en la oficina que le fue asignada.

          Alejandra Aramayo, representante de Arequipa, pidió a la Dirección General de Administración del congreso cincuenta mil soles para solventar los gastos.

          Considerando exagerada la cantidad, se entrevistó a la presidenta del hemiciclo, quien recordó que solo se autoriza un máximo de veinticinco mil. Que ya es bastante.

          Sin embargo, la solicitud inicial aguijoneó a la prensa indagar sobre otros reclamos para solucionar deficiencias similares.

          Así se llegó a la conclusión que treintaiséis parlamentarios, pertenecientes a diferentes bancadas, presentaron el mismo planteamiento.

          Argumentan que los departamentos que ocupan requieren refacciones, acondicionamientos, reubicar cables expuestos y mejorar los servicios higiénicos.

          Atender esos requerimientos asciende a una suma superior a los cuatrocientos treintaidós mil soles. Casi medio millón.

          Se informó que el dinero está disponible para los interesados en el departamento de Logística del parlamento.

          Muchas más fueron las solicitudes de los legisladores en el mismo sentido pero, para tranquilidad de la ciudadanía, no se aprobaron.

          Es oportuno anotar que, respecto al despacho de Aramayo, se entrevistó al anterior ocupante  quien manifestó haberlo dejado en óptimas condiciones.

          Igualmente, que no es la primera vez que se presenta este controvertido caso vinculado al mal estado de conservación de las oficinas.

          Existen referencias que al comenzar anteriores gestiones legislativas, numerosos congresistas pidieron dinero para hacer mejoras.

          Ante esta reiterativa situación, la solución está a la vista. Solo se requiere movilizar al órgano supervisor de infraestructura del congreso.

          Este se encargará de verificar, con documentos y fotografías a la mano, las condiciones en que se entrega cada local.

          Quedará bajo exclusiva responsabilidad de los dueños de curul  el cuidado y preservación de las instalaciones otorgadas.

         

          Durante cinco años, son momentáneos residentes de las oficinas que solo se emplean para actividades secretariales comunes. No hay motivo de darles ninguna otra utilidad.

          En ese sentido, al término de la gestión, deben ser devueltas en las mismas condiciones que fueron recibidas.

          Guardando las distancias, el hecho tiene mucho parecido al que ocurre con el alquiler de una vivienda o departamento cualquiera.

          Al firmar el contrato notarial de arrendamiento, se hace constancia de la forma como se entrega, dejándose una garantía de uso.

          Llegado el momento de abandonar el inmueble, el eventual ocupante debe devolverlo en las mismas condiciones.

          Si luego de la evaluación se comprueba que hubo destrozos que exigen reparaciones se procederá al descuento del aval.

          Lo mismo debe hacerse con los congresistas. Descontarles un porcentaje de su sueldo como garantía de posibles daños.

          Concluido el ejercicio, si se constata que todo está en orden, se les devuelve el íntegro. De lo contrario se hará la cobranza correspondiente.

          Es una manera práctica de zanjar con los pedidos para reparaciones y proteger los fondos del estado que, al final, es el dinero del pueblo...

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