martes, 13 de marzo de 2018

¡Agonizando en cumplimiento del deber...!

Un generoso vecino o transeúnte tuvo la original idea de colocarle una bolsa plástica.
          ¡Una vergüenza...! Es posible que Trujillo sea una de las escasas poblaciones del mundo donde malos ciudadanos atentan contra su patrimonio.
          La patética historia de la sistemática desaparición de los tachos de basura instalados por las últimas gestiones edilicias, nos dan la razón.
          Esa sustracción y la falta de conciencia cívica de ciertas personas, genera parte del desaseo existente en algunas calles y avenidas.
          Gente que vive al margen de la ley aprovecha la oscuridad de la noche para llevarse los basureros en su totalidad o por piezas.
          Lo peor es que nunca hay detenidos, ni radicales disposiciones contra los infractores. Algo debe hacerse.
          Por lo general, lo último que los ladrones se llevan son los pedestales de metal porque están asegurados con cemento a la vereda.
          Como se aprecia en la imagen, ante la ausencia del depósito, un generoso vecino o transeúnte tuvo la original idea de colocarle una bolsa plástica.
          Angustioso y desesperado recurso en un desmantelado basurero que vive sus últimos días hasta el final y, fiel al cumpliendo su deber, agoniza...

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