lunes, 12 de marzo de 2018

Trujillo y el monstruo que nos acecha

Hermosa Plaza de Armas de Trujillo de noche. La ciudad está mancillada por la inseguridad ciudadana.

          La semana que pasó, cuatro sujetos  asaltaron con armas de fuego, un bus de transporte público en Trujillo, cuyo rostro está mancillado por la inseguridad ciudadana.

          Arrebataron a la fuerza carteras, bolsas, celulares e hirieron a un policía que continúa recluido en un hospital.

          Las imágenes de miedo fueron observadas en el Perú y el mundo (¡Qué vergüenza...!), porque el vehículo portaba videocámaras.

          Días antes, se había anunciado la visita a nuestra ciudad del ministro del Interior, Vicente Romero, justo para tratar con las autoridades, el tema de la violencia en la región.

          Al pisar tierra trujillana, dos de los culpables ya habían sido detenidos por la policía.        

          Según los primeros informes, intentaban huir por la frontera norte.

          La prensa inundó el ambiente con los detalles de la captura. Muy bien. Pero. ¿Qué vendrá después...?

          ¿El monto de lo robado superará los "límites" establecidos por nosotros mismos para que estos individuos estén siquiera unos años en el penal...?

          Ahora vendrá el análisis y la discusión, con la lógica pérdida de tiempo y dinero pese a la carga procesal, sobre el insólito tema que si lo cometido es falta o delito.

           Es posible que, al final, los responsables salgan en libertad y volverán a las calles para seguir cometiendo sus fechorías.

          Se dirá que así lo dicta la ley. Oiga. Y ¿A quién debemos pedir permiso para cambiarla...? ¿A nuestros vecinos de los países limítrofes...?

          Ni el presidente, más preocupado en sus problemas que en los padecimientos de la gente, ni los ministros, peor aún los congresistas, abordan este aspecto de vital importancia para la ciudadanía.

          Si las leyes  son benignas  o no hay lugar en los penales. ¿Por qué no se establece como escarmiento una reparación económica a los culpables...?

          Los parlamentarios, que ganan mucho más de lo que producen, deberían enfrentar la situación en vez de plantear propuestas descabelladas.

          Similar facultad recae en el Poder Judicial, el Ministerio Público y los mismos colegios profesionales.

          Medidas urgentes e inflexibles se requieren para frenar el terrible monstruo de la violencia que nos acecha cada día...

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