Alexi Gómez tuvo una triste experiencia en su paso por el Atlas. Olvidó que la disciplina
es la base del éxito.
Alexi
Gómez, el joven volante que hace poco viajó a México como muchos otros, fue
despedido de su club de la peor manera.
Gustavo
Guzmán, presidente del Atlas, institución que lo había contratado, expresó lo
siguiente refiriéndose a él:
"Al muchacho no le interesa progresar y es triste porque tiene
cualidades..."
Ahora
amenaza volver a Universitario, dueño de su pase, donde un grupo de chiquillos,
casi vírgenes, hacen lo imposible por defender la honra crema.
Al
margen de ese caso aislado, hay otros responsables futbolistas peruanos que triunfan
y se llenan de gloria en distintas partes del mundo.
No
solo eso. Engrosan sus ingresos. Se dan sus gustos, benefician a su familia y,
antes de terminar su carrera, son destacados empresarios.
Nicolás
Maquiavelo decía algo que debemos tener siempre presente en nuestros actos: "Donde hay disciplina, hay orden y
rara vez falta la buena fortuna..."
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