domingo, 18 de marzo de 2018

Marca Trujillo: ¡Ordenemos primero la casa...!

Vendedores ambulantes, exceso de bocinas, caos vehicular, falta de paraderos e inseguridad, son algunos de los problemas de Trujillo.

          La idea es excelente. La aplican las grandes metrópolis del mundo con óptimos resultados.

          Pero dedicaron con anticipación, tiempo y dinero ordenando en el sentido urbanístico, cívico y de seguridad. Sin descuidar otros aspectos.

          Nos referimos al proyecto Marca Trujillo que afanosamente busca impulsar la municipalidad provincial.

          El propósito es encomiable. Como trujillanos, claro que nos gustaría que todo el mundo nos conozca y vengan turistas. Sin embargo, así como está la ciudad, estimamos que no es el momento.

          Sostienen sus impulsores que el objetivo fundamental de la campaña es incentivar, aumentar y fortalecer el turismo.

          En el papel, se ve todo muy bonito. No así en el costo. La inversión alcanza los doscientos mil soles. Otros cien mil son para promoverlo.

          Aparte de Chan Chan, las huacas del Sol y la Luna, algunas iglesias y casonas coloniales. ¿Qué más podremos ofrecer...?

          Queda el aldeano espectáculo que representan decenas de vendedores ambulantes y gente menesterosa apostada en el rincón de las veredas.

          Un convulsionado e intransitable centro histórico en horas punta, carente de líneas peatonales y el ya "tradicional" e incontenible caos vehicular.

          Esperando que los turistas no bordeen la avenida España, ni  observen la triste escena de angustiados usuarios que suben y bajan del transporte público en cualquier lugar por falta de paraderos.

          Complementado con buses, combis y colectivos estacionados en los carriles interiores de las avenidas a pesar de la prohibición y el peligro que eso significa.

          Qué decir de la contaminación sonora traducida en el grito de los cobradores, bocinas, sirenas, vendedores de frutas y compradores de chatarra que ponen el "fondo musical" al drama cotidiano.

          Y rogar que no nos asalten saliendo del banco. extrayendo dinero de un cajero callejero o hablando con un celular de última generación.

          Mientras Trujillo ofrezca este dantesco cuadro, solo queda incentivar los operativos policiales para terminar con las penurias que desdibujan la imagen de la ciudad.

          Por eso, consideramos que el proyecto de la marca debe suspenderse derivando el dinero anunciado a superar parte de los problemas descritos.

          Empecemos por lo primordial. ¡Ordenemos primero nuestra casa...!

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