Vendedores ambulantes, exceso de bocinas, caos vehicular, falta de paraderos e inseguridad, son algunos de los problemas de Trujillo.
La
idea es excelente. La aplican las grandes metrópolis del mundo con óptimos
resultados.
Pero
dedicaron con anticipación, tiempo y dinero ordenando en el sentido
urbanístico, cívico y de seguridad. Sin descuidar otros aspectos.
Nos
referimos al proyecto Marca Trujillo que afanosamente busca impulsar la municipalidad
provincial.
El
propósito es encomiable. Como trujillanos, claro que nos gustaría que todo el
mundo nos conozca y vengan turistas. Sin embargo, así como está la ciudad,
estimamos que no es el momento.
Sostienen
sus impulsores que el objetivo fundamental de la campaña es incentivar,
aumentar y fortalecer el turismo.
En
el papel, se ve todo muy bonito. No así en el costo. La inversión alcanza los
doscientos mil soles. Otros cien mil son para promoverlo.
Aparte
de Chan Chan, las huacas del Sol y la Luna, algunas iglesias y casonas
coloniales. ¿Qué más podremos ofrecer...?
Queda
el aldeano espectáculo que representan decenas de vendedores ambulantes y gente
menesterosa apostada en el rincón de las veredas.
Un
convulsionado e intransitable centro histórico en horas punta, carente de
líneas peatonales y el ya "tradicional" e incontenible caos
vehicular.
Esperando
que los turistas no bordeen la avenida España, ni observen la triste escena de angustiados usuarios
que suben y bajan del transporte público en cualquier lugar por falta de
paraderos.
Complementado
con buses, combis y colectivos estacionados en los carriles interiores de las
avenidas a pesar de la prohibición y el peligro que eso significa.
Qué
decir de la contaminación sonora traducida en el grito de los cobradores,
bocinas, sirenas, vendedores de frutas y compradores de chatarra que ponen el "fondo
musical" al drama cotidiano.
Y
rogar que no nos asalten saliendo del banco. extrayendo dinero de un cajero
callejero o hablando con un celular de última generación.
Mientras
Trujillo ofrezca este dantesco cuadro, solo queda incentivar los operativos policiales
para terminar con las penurias que desdibujan la imagen de la ciudad.
Por
eso, consideramos que el proyecto de la marca debe suspenderse derivando el
dinero anunciado a superar parte de los problemas descritos.
Empecemos
por lo primordial. ¡Ordenemos primero nuestra casa...!
No hay comentarios:
Publicar un comentario