Un hincha de la U exhibe las bolsas de basura recolectada en el estadio Monumental de Ate. (Facebook).
Existen
dos refranes que, aunque parecen antagónicos, tienen su propio contenido y sentido.
El más
conocido es "Toda imitación es una ofensa...".
Se pone
en práctica cuando se copia exactamente algo que es propiedad exclusiva de
otro.
Que
puede ser el autor de una obra, el nombre de una empresa o una marca registrada.
Por mencionar solo algunos casos.
La
situación es tan grave, que puede derivar en problemas capaces de conducir al
"copión" a los tribunales.
Tampoco
es recomendable ni aceptable, por el daño que genera al grupo social, imitar
los actos negativos.
Nos
quedamos con la imitación de los hechos positivos. Aquellos que constituyen un
significativo aporte a la sociedad,
Como el
que acaban de realizar unos jóvenes hinchas del club Universitario de Deportes
luego del partido que tuvo con Sport Rosario.
Los
aficionados cremas, provistos de grandes bolsas, recorrieron las instalaciones
del estadio Monumental de Ate.
Y, en
una actitud inédita en nuestro medio, recogieron todo vestigio de basura abandonado en las
graderías.
El
hecho es noticia porque, para vergüenza propia, ese ejemplar comportamiento no
es un hábito generalizado en el país.
Frecuente
es observar a ciertas personas que consumen un producto en la calle y arrojan
lo que les sobra a la vía pública.
La idea
de juntar desechos de los escenarios deportivos nació tras la participación de
Japón en los últimos mundiales de fútbol. Rusia no fue la excepción.
Sorprendidas,
las redes sociales difundieron la activa acción de los orientales cumpliendo
una labor que no les correspondía.
En el
caso de los fanáticos peruanos, su emulación es digna de elogio y esperamos que
sea replicada por la ciudadanía en todo lugar.
Al
respecto, La Vanguardia anota: "Una habilidad clave de la especie humana es
la capacidad de imitar de la gente lo que permite la socialización..."
Expertos
sostienen que en la infancia y la adolescencia la imitación no solo es
importante, sino fundamental.
En base
a ese motivo, los adultos estamos obligados a ser modelos de conducta para ellos.
Por la misma
razón, nos quedamos con este refrán: "Imita a los buenos... y serás uno de
ellos...".
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