lunes, 1 de octubre de 2018

¿Quién puede contra tanta basura...?

Bolsas de basura arrojadas por malos vecinos en la berma central de una transitada avenida de Trujillo.
     Puede parecer una utopía pero, aunque Usted no lo crea, hubo un tiempo en que Trujillo fue denominada como la ciudad de la limpieza y el orden.
          Sucedió a mediados del siglo anterior. Tenía en esa época mucho menos población que ahora.

          En ese entonces, la gente misma se preocupaba que sus calles, plazuelas y mercados lucieran impecables.

          Con los años, arribaron procedentes de distintas zonas de la región oleadas de familias que fueron estableciéndose en los alrededores.

          Y, a la par que ellos iban consolidándose en los asentamientos humanos, la ciudad fue perdiendo esa prestancia que logró ubicarla en un lugar expectante.

          Hasta llegar al momento actual en que los desperdicios aparecen esparcidos por el sitio menos imaginado. Incluyendo la misma plaza de armas.

          Para contrarrestar esa falta de civismo, las últimas gestiones edilicias instalaron tachos de basura en diferentes puntos de la urbe.

          Y, en una evidente ausencia de identificación con lo nuestro, los recipientes fueron sustraídos de manera sistemática sin lograr identificar a los culpables.

          Comer o beber en la calle y arrojar los deshechos en la vía pública o sacar la basura fuera del horario señalado, es casi común para muchos.

          En algunos casos las escasas áreas verdes, que superviven pese a la ausencia de riego, son aplastadas por la basura dejada por malos vecinos.

          Incluso la pequeña propaganda comercial introducida debajo de la puerta, en vez de ser recogida, es arrojada con la punta del pie hacia la vereda.

          Esas negativas actitudes,  a lado de otras, nos han hecho perder el título de ciudad limpia. ¡Lo lamentamos de veras...!

          La actual administración municipal, agobiada por problemas y la falta de capacidad, desde abril pasado tercerizó el recojo de los residuos.

          El convenio motivó observaciones que se mantienen. Al extremo que varios candidatos a la alcaldía han adelantado resolver el contrato. Algo que no es tan fácil.

          A ello se añade la investigación fiscal iniciada al alcalde y al gerente del Segat por el proceso de tercerización del servicio de limpieza.

          Cumpliendo lo acordado, el consorcio Trujillo limpio ha reinstalado papeleras y recolectores de acero en algunos sectores.

          Desempeña su labor en tres turnos con horarios determinados dentro y fuera de la avenida América.

          Sin embargo, el problema persiste pues no se ha logrado erradicar la totalidad del medio centenar de puntos críticos encontrados.

          Entre ellos, los muladares existentes en las inmediaciones del mercado La Hermelinda donde se evidencia la falta de colaboración de ciertos propietarios.

          Es posible que parte de la dificultad resida en que no se cumplió con el anunciado programa de sensibilización en la población.

          Al respecto, las campañas no solo deben concentrarse en los hogares, sino ingresar a las aulas de los centros educativos en todos los niveles.

          El propósito es remover la conciencia y el sentimiento ciudadano en torno a que la limpieza y belleza de Trujillo solo depende de sus pobladores.

          Es importante enseñar desde los primeros años a los niños la importancia de seleccionar los residuos como el primer paso para su posterior reciclaje.

          Así mismo, el gravísimo daño que la basura acumulada causa a la salud, al medio ambiente y al planeta en su conjunto.

          Un serio compromiso para la nueva administración edil es trabajar para erradicar el mínimo vestigio de desperdicio que desluce y arrebata la brillantez que Trujillo se merece.

          El nuevo alcalde, sus regidores y gerentes tienen es ese sentido un desafío y una responsabilidad con sus electores y la comunidad trujillana...

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