Zavala y Kuczynski dialogan. Entre ambos tienen cuarentaiséis asesores. (Buhola).
Debemos
aceptar que el Perú es un país pobre. O, dicho mejor en términos esperanzadores,
caminando hacia la ruta del desarrollo.
A
pesar del progreso evidenciado en ciertos aspectos y el confort de unos,
seguimos en el grueso bloque de las naciones tercermundistas.
Adolecemos
de muchas deficiencias en educación, salud, vías de comunicación, servicios
básicos, vivienda y demás.
Y
cuando, entusiasmados por un nuevo gobierno, nos enrumbamos en pos de un
destino mejor, los desastres naturales frenan el posible despegue.
Las
pérdidas económicas y materiales fueron
de tal magnitud, que la reconstrucción requerirá millones de soles y un tiempo
prolongado.
En
medio de este ambiente de vicisitudes y desconcierto, nos cae como una
cachetada la reciente revelación de una publicación semanal capitalina.
Menciona
que entre el presidente Pablo Kucsynski y el premier Fernando Zavala suman un
total de 46 consultores o asesores. ¿Tantos...?
De
la frondosa relación, 19 están asignados a la dependencia del mandatario y 27
al presidente del Consejo de Ministros.
Si
a simple vista la cantidad de personal adjunto parece en verdad exagerada, lo es
aún más en cuanto a las remuneraciones que reciben.
Solo
en los meses de enero y febrero pasados, el gobierno desembolsó cerca de un
millón doscientos mil soles en cancelarles.
Ese
exagerado dispendio se debe a que varios de los asesores ganan sueldos sobre lo
autorizado por las normas de contrataciones del Estado.
Por
ejemplo, en el despacho del primer ministro figuran remuneraciones de 15,600
soles. Lo mismo que recibe el presidente y los congresistas.
Aparte,
como es lógico, están los gastos en oficinas, movilidad, viáticos y aspectos
complementarios. Todo, pagado con el dinero del pueblo.
Esta
abultada planilla fue contratada según el régimen del Fondo de Apoyo Gerencial
creada durante el gobierno de García.
La
norma facilita emplear "servicios profesionales" sin el debido
proceso de selección y con sueldos especiales. Una verdadera irregularidad.
En
el registro de personal, los orientadores figuran como integrantes del equipo
de asesores o apenas como trabajadores asignados.
Es
el caso de una joven que tiene entre sus funciones asesorar al primer ministro
en temas de manejo de medios de comunicación. ¡Qué tal tarea...!
Otro
cumple la labor de asesor personal del mismo funcionario y lo acompaña siempre
en los distintos viajes realizados fuera del país.
Por
su parte, entre la gente de confianza de Kucsynski, figura una politóloga que también
gana igual que él.
Es
la consultora de palacio de gobierno y se presenta con el tremendo rótulo de
"Executive Advinsor". Así, en inglés, como si trabajara en la Casa
Blanca.
Un
alucinante título para el "agotador" trabajo de hacer la agenda del
jefe de estado y, posiblemente, llenar otros papeles para justificar lo que le
pagan.
Entre
ellos está la esposa de un empresario que apoyó al mandatario en las dos
últimas campañas electorales.
La
labor de los asesores en un gobierno es importante, pero no se debe exagerar con
el número, ni con sueldos exorbitantes.
El
reclamo es válido porque la ciudadanía anhela que el dinero que aporta se
emplee de manera óptima...
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