jueves, 13 de abril de 2017

Reconstrucción: ¡Con seriedad y transparencia...!

Una de las miles de imágenes que dejaron los desbordes en Trujillo. El dinero para la reconstrucción debe ser empleado con responsabilidad y transparencia.

          Poco a poco la calma va regresando a Trujillo. Aunque el aire polvoriento no se disipa del todo y aún se observan ciertos costales de arena.

          Conductores, personas que viven y caminan por el cruce de la avenida América y Miraflores, se quejaban que todo seguía igual.

          Reclamaban que hubo inexplicable demora en limpiar el área que se extendía hasta las avenidas del Ejército y Santa.

          Ahora todo está en manos de las autoridades, escribimos en un artículo anterior. Y es cierto.

          No hay que esperar más. El tiempo pasa volando. Y habrá responsabilidad penal si se repiten los errores del pasado.

          Muchos opinan que debemos prepararnos para evitar desbordes en los próximos quince o veinte años.

          ¿Quién asegura que sea así...? ¿Es que acaso la desgracia no puede presentarse el verano próximo...?

          Las múltiples variables del ecosistema son impredecibles. Debemos empezar a trabajar ahora mismo.

          Urge contactar con profesionales, especialistas y técnicos en la materia para explorar el problema desde sus mismos orígenes.

          Efectuar el estudio de inclinación de quebradas, dirección de las vertientes, análisis de suelos y todo aquello que sirva de referencia.

          Seguir el recorrido del cauce de los desbordes que tanto daño nos causaron y ver la forma de embalsarlos en represas o desviarlos por áreas despobladas hacia el Pacífico.

          En la llanura es de vital importancia delimitar los hitos para dejar libres las zonas de peligro.

          Nadie debe poner un pie en esos lugares por ser calificados de alto riesgo.

          A pesar que en momentos de pleno infortunio ya se hablaba de inescrupulosos que trataban de ocupar esos terrenos.

          La justicia debe ser implacable con estas personas. No solo por buscar apropiarse de las tierras del Estado, sino por pretender estafar a la gente.

          El gobernador regional adelantó que se denunciará a los traficantes del contorno que tratan de usufructuar con la necesidad de familias humildes.

          Una de las últimas citas del COER acordó solicitar a la Administración Nacional del Agua información actualizada sobre quebradas, ríos y poblaciones.

          Los datos complementarán saber la magnitud del problema y de base para aplicar  propuestas técnicas que eviten desgracias ante futuros fenómenos climáticos.

          Ese inventario permitirá formular el plan regional de reconstrucción que será enviado al gobierno que asignará los recursos requeridos.

          Por su parte, el presidente ha declarado que existe el dinero suficiente para restaurar las regiones afectadas.

          Esa es una garantía y debe constituir el mejor respaldo para quienes lo perdieron todo y quedaron solo con la ropa que vestían aquellos aciagos días.

          Esperamos que los informes y trámites lleven el membrete de suma urgencia para evitar retrasos. El tiempo apremia.

           No se puede dar un solo día de ventaja. Ya transcurrió un mes del primer desborde. Los rezagos y temores aún persisten.

          Queremos advertir que la premura no signifique improvisación, ni llenar documentos sin sustento.

          Eso sí. Actuar con seriedad, capacidad y compromiso a una colectividad que desea vivir segura frente a cualquier eventualidad de la naturaleza.

          Y, cuando llegue el dinero, ante el que algunos ilusos claudican, emplearlo con honestidad y transparencia...

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