viernes, 28 de abril de 2017

"¡Nosotros, también somos héroes...!"

 
Parte del Primer Regimiento de Caballería del Potao que integró Manuel Chávez en la Guerra del 41 con Ecuador.
       "Nosotros, los que luchamos contra Ecuador en la campaña militar de 1941 y defendimos el suelo patrio, también somos héroes...",  así con voz firme y sentimiento profundo, declara el sub oficial de 3ra. GC. Manuel Chávez Espinoza, tío de Dante Chávez Abanto, consejero regional por Trujillo del Gobierno Regional.

          El merecido reconocimiento a quienes participaron en la exitosa operación Chavín de Huántar, hace veinte años, le trajo a la memoria la arriesgada intervención que tuvo, a lado de sus compañeros, en la guerra con Ecuador.

          Fue él, uno de los cientos de policías de la entonces denominada Benemérita Guardia Civil del Perú que pelearon  y hasta se inmolaron en defensa del territorio nacional.

          Pese a sus respetables 96 años de edad, se muestra lúcido y le brillan los ojos al evocar que ingresó al centro de instrucción policial de Lima a los 19.

          Nacido en Ichocán, San Marcos, Cajamarca, señala que cumplía así aquel anhelado sueño que lo había acompañado desde su infancia, ser guardia civil.

          Aplicado en el aprendizaje de las lecciones teóricas e instrucción práctica, fue aprobado y asignado al Primer Regimiento de Caballería del Potao en enero de 1941.

Diploma a los Vencedores de la Campaña Militar de 1941.
         
          No había cumplido ni seis meses en actividad cuando se declara el conflicto limítrofe con Ecuador debido a la falta de fronteras  reconocidas y aceptadas con el vecino país.

          Don Manuel recuerda que su jefe les explicó que el comando requería 1,500 policías a caballo que, de inmediato, debían dirigirse a la peligrosa línea divisoria norte.

          Refiere que los seleccionados fueron destinados a la Octava Comandancia de Piura desde donde se desplazaron por grupos a los distintos frentes de batalla.

          Cada día se despedía de sus amigos limeños más cercanos hasta tener participación directa en los enfrentamientos de los puestos limítrofes de Cucuyas, Anchalay, Aragoto, Bado Grande, Remolino y Huachuma.

          Justo el momento más difícil de su existencia la experimentó en aquel último lugar en el que, integrando el pelotón de ofensiva, estuvo en la primera línea de combate bajo el mando del capitán Leopoldo Sánchez Pásara.

          "Disparábamos entre el follaje y los árboles a todo lo que se movía, porque esa era la orden. Matar o morir, fue el mandato postrero del jefe...", cuenta emocionado.

          Y añade: "Cumplimos la disposición al pie de la letra. Un amigo que me acompañaba fue impactado por la metralla adversaria y pedía ayuda. Apenas podía atenderlo porque era necesario repeler el fuego..."

          Continúa: "Después me enteré que había muerto. Hasta ahora tengo en mis oídos el sonido del silbido de las balas enemigas que pasaban cerca..."

          El problema de fronteras con Ecuador terminó a fines de enero de 1942 y quedó sellado con la firma del Protocolo de Río de Janeiro que estableció los límites definitivos.

          Debido a su entrega y arrojo en acción bélica, Manuel Chávez recibió la condecoración con Orden Militar de Ayacucho en el grado de Caballero y la Cruz de Primera.
Condecoraciones recibidas por Chávez. Destaca la Orden Militar de Ayacucho en el grado de Caballero y la Cruz de Primera.


          Tras haber desempeñado 35 años de eficiente servicio ininterrumpido, pasó a la situación de cese a la función policial en 1975.

          Más tarde, por la acción patriótica cumplida, se hizo merecedor al diploma Vencedores de la Campaña Militar de 1941, otorgada por Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, en diciembre de 1989.

          Haciendo un poco de reminiscencia,  señala que concluida la contienda, fue destinado para desarrollar su labor en Trujillo donde estableció su residencia.

          A fines de la década del cuarenta vivía en la tercera cuadra del jirón Zepita. "Era la última calle de la ciudad en ese tiempo...", declara rememorando el pasado.

          Reside ahora, dentro de la tranquilidad de su hogar, en la urbanización Primavera entre los gratos recuerdos de su evocativo paso por las filas de la Guardia Civil, hoy Policía Nacional del Perú.
Asiduo lector de SATÉLITE. Aquí con su vespertino favorito. Don Manuel lo espera con ansiedad cada  tarde, según confesión personal.
          En el diálogo con Don Manuel, nos confesó ser asiduo lector de SATÉLITE. "Tengo buena vista. Con ansiedad, lo espero todas las tardes...", sostuvo y aprovechó para brindar un consejo a la nueva generación de jóvenes policías.

          "Lleven el nombre de la institución con orgullo y dignidad. No se dejen arrastrar por las malas y falsas amistades. Respeten su apellido y piensen en su familia...", expresó.

          Y, a manera de despedida, esbozando una sonrisa, agrega: "Me duele un poco la rodilla pero, en términos generales, me siento bien... Saluda a los muchachos de SATÉLITE. Diles que yo siempre los leo..."
Vespertino SATÉLITE del viernes 28 de abril del 2017 donde, en página especial, se publica nuestro reportaje.

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