Parte del Primer Regimiento de Caballería del Potao que integró Manuel Chávez en la Guerra del 41 con Ecuador.
"Nosotros,
los que luchamos contra Ecuador en la campaña militar de 1941 y defendimos el
suelo patrio, también somos héroes...",
así con voz firme y sentimiento profundo, declara el sub oficial de 3ra.
GC. Manuel Chávez Espinoza, tío de Dante Chávez Abanto, consejero regional por
Trujillo del Gobierno Regional.
El
merecido reconocimiento a quienes participaron en la exitosa operación Chavín
de Huántar, hace veinte años, le trajo a la memoria la arriesgada intervención
que tuvo, a lado de sus compañeros, en la guerra con Ecuador.
Fue
él, uno de los cientos de policías de la entonces denominada Benemérita Guardia
Civil del Perú que pelearon y hasta se
inmolaron en defensa del territorio nacional.
Pese
a sus respetables 96 años de edad, se muestra lúcido y le brillan los ojos al
evocar que ingresó al centro de instrucción policial de Lima a los 19.
Nacido
en Ichocán, San Marcos, Cajamarca, señala que cumplía así aquel anhelado sueño
que lo había acompañado desde su infancia, ser guardia civil.
Aplicado
en el aprendizaje de las lecciones teóricas e instrucción práctica, fue
aprobado y asignado al Primer Regimiento de Caballería del Potao en enero de
1941.
Diploma a los Vencedores de la Campaña Militar de 1941.
No
había cumplido ni seis meses en actividad cuando se declara el conflicto
limítrofe con Ecuador debido a la falta de fronteras reconocidas y aceptadas con el vecino país.
Don
Manuel recuerda que su jefe les explicó que el comando requería 1,500 policías
a caballo que, de inmediato, debían dirigirse a la peligrosa línea divisoria
norte.
Refiere
que los seleccionados fueron destinados a la Octava Comandancia de Piura desde
donde se desplazaron por grupos a los distintos frentes de batalla.
Cada
día se despedía de sus amigos limeños más cercanos hasta tener participación directa
en los enfrentamientos de los puestos limítrofes de Cucuyas, Anchalay, Aragoto,
Bado Grande, Remolino y Huachuma.
Justo
el momento más difícil de su existencia la experimentó en aquel último lugar en
el que, integrando el pelotón de ofensiva, estuvo en la primera línea de
combate bajo el mando del capitán Leopoldo Sánchez Pásara.
"Disparábamos
entre el follaje y los árboles a todo lo que se movía, porque esa era la orden.
Matar o morir, fue el mandato postrero del jefe...", cuenta emocionado.
Y
añade: "Cumplimos la disposición al pie de la letra. Un amigo que me
acompañaba fue impactado por la metralla adversaria y pedía ayuda. Apenas podía
atenderlo porque era necesario repeler el fuego..."
Continúa:
"Después me enteré que había muerto. Hasta ahora tengo en mis oídos el
sonido del silbido de las balas enemigas que pasaban cerca..."
El
problema de fronteras con Ecuador terminó a fines de enero de 1942 y quedó
sellado con la firma del Protocolo de Río de Janeiro que estableció los límites
definitivos.
Debido
a su entrega y arrojo en acción bélica, Manuel Chávez recibió la condecoración
con Orden Militar de Ayacucho en el grado de Caballero y la Cruz de Primera.
Condecoraciones recibidas por Chávez. Destaca la Orden Militar de Ayacucho en el grado de Caballero y la Cruz de Primera.
Tras
haber desempeñado 35 años de eficiente servicio ininterrumpido, pasó a la
situación de cese a la función policial en 1975.
Más
tarde, por la acción patriótica cumplida, se hizo merecedor al diploma
Vencedores de la Campaña Militar de 1941, otorgada por Comando Conjunto de las Fuerzas
Armadas, en diciembre de 1989.
Haciendo
un poco de reminiscencia, señala que
concluida la contienda, fue destinado para desarrollar su labor en Trujillo
donde estableció su residencia.
A
fines de la década del cuarenta vivía en la tercera cuadra del jirón Zepita. "Era
la última calle de la ciudad en ese tiempo...", declara rememorando el
pasado.
Reside
ahora, dentro de la tranquilidad de su hogar, en la urbanización Primavera
entre los gratos recuerdos de su evocativo paso por las filas de la Guardia
Civil, hoy Policía Nacional del Perú.
Asiduo lector de SATÉLITE. Aquí con su vespertino favorito. Don Manuel lo espera con ansiedad cada tarde, según confesión personal.
En
el diálogo con Don Manuel, nos confesó ser asiduo lector de SATÉLITE.
"Tengo buena vista. Con ansiedad, lo espero todas las tardes...",
sostuvo y aprovechó para brindar un consejo a la nueva generación de jóvenes
policías.
"Lleven
el nombre de la institución con orgullo y dignidad. No se dejen arrastrar por
las malas y falsas amistades. Respeten su apellido y piensen en su
familia...", expresó.
Y,
a manera de despedida, esbozando una sonrisa, agrega: "Me duele un poco la
rodilla pero, en términos generales, me siento bien... Saluda a los muchachos
de SATÉLITE. Diles que yo siempre los leo..."
Vespertino SATÉLITE del viernes 28 de abril del 2017 donde, en página especial, se publica nuestro reportaje.
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