sábado, 13 de mayo de 2017

Benditas madres: ¡Nunca abandonan a su hijos...!


          Me alistaba a cruzar una calle en el centro cívico. De repente, muy cerca se detuvo una joven madre con un niño de unos siete años.

          Mostrando que estaba aburrido, el pequeño empezó a exteriorizar su insatisfacción ante la incomodidad de la señora.

          No estilo inmiscuirme en la vida de otros, porque uno no sabe cómo irán a reaccionar pero, arriesgándome, sostuve:

          -- Hazle caso a tu mamacita niño, porque ella tiene la razón. Una madre nunca se equivoca cuando se trata de orientarlos.

          El chico se calmó. Más tranquilo, tomó con una mano a su progenitora y con la otra la abrazó por la cintura.

          Ella, sorprendida, me quedó mirando. Finalmente, agradeció mis palabras.

          Es que el mayor regalo de Dios que puedan tener las madres son sus hijos.          Ellos representan todo. Lo máximo.

          Por eso se dice que la orientación y guía de los padres es fundamental en el desarrollo y la vida de sus vástagos.

          También es una certeza que ellas son intuitivas, al extremo que solo con verlos o escucharlos saben cómo están, incluso siendo ya casados.

          Existe una anécdota que resume el indescriptible amor que una madre puede sentir por sus hijos y viceversa. Hela aquí:

          Una madre y su pequeño se disponían a cruzar una corriente de agua. Precavida, ella se dirige al menor y le dice:

          -- Agárrate fuerte de mi mano en caso de que ocurra algo mientras atravesamos el río.

          El niño responde:

          -- No, mami, mejor tú agarra la mía.

          La madre pregunta:

          -- ¿Cuál es la diferencia...?

          -- Si algo me pasa mientras cruzamos, seguramente yo soltaré tu mano. En cambio yo sé que tú, nunca soltarás la mía...

No hay comentarios:

Publicar un comentario