¡Hasta el último aliento...!

EUFORIA. Flores y Guerrero en el clímax tras gol a favor de Perú. Queremos que esa escena se repita hoy en la Bombonera. (Libero).

         
          Es cierto. Dentro de escasas horas, la selección nacional de fútbol disputa el partido más importante de las últimas décadas.

          Portando consigo la ilusión de millones de peruanos, enfrenta a Argentina que posee el respaldo de una hinchada que hostiliza. Fastidia. Mortifica.

          Los gauchos aseguran que escogieron la Bombonera porque allí el visitante siente, como en ningún otro estadio, el peso de los fanáticos,

          Según ellos, en el papel, casi todo está a su favor. Tienen tradición. Han sido campeones mundiales y sus jugadores ganan una millonada.

          Además, cuentan en sus filas con el mejor futbolista del mundo. Hasta la pelota con que se jugará es rioplatense.

          Al frente tendrán a un Perú  de once valientes que se caracterizan por el desplazamiento con el balón a ras del suelo y un juego ordenado, veloz y letal. Donde todos rematan al arco contrario.

          Un equipo que suspenderá la respiración y silenciará a la multitud en cada avance. En cada córner. En cada pelota parada. En cada disparo.

          A la distancia va el consejo a la bicolor. Jueguen tranquilos porque la desesperación y la angustia está al otro lado del campo.

          Otro más. Los albicelestes saldrán a golpear y tratar de irritar o alterar el estado de ánimo de los chicos.

          No digan nada. No respondan. Muérdanse los labios. No caigan en la provocación. Ellos son expertos en el antifútbol.

          Confiamos en ustedes. Sabemos que saldrán al gramado dispuestos a dar la vida por el triunfo y lograr el objetivo.

          Nosotros, aún sin conocernos, uniremos los millones de buenos deseos en uno solo para conseguir el éxito. La victoria.

          Entreguen todo de sí, No se guarden nada. La recompensa es dulce y vendrá enseguida. ¡No se rindan...!

          Porque desde el saque inicial, hasta el pitazo final. Desde que la bola empiece a rodar, los estaremos apoyando. Gritando. Aplaudiendo.

          ¡Hasta el último aliento...! ¡Arriba Perú...!