Pizarro es ídolo en Alemania. Sin embargo, quedó en deuda con la bicolor. De todas maneras se le agradece. (AFP).
En el fútbol, como en cualquier otra
actividad humana, toda evaluación se califica por los resultados.
Si aplicamos el mismo axioma al
delantero Claudio Pizarro, extraemos la siguiente conclusión.
Es el futbolista nacional de mayor
éxito internacional a nivel de clubes. Eso es indiscutible.
Debido a tal galardón, es considerado
como un embajador del deporte peruano. Está muy bien.
Mencionar su nombre en Alemania es
sinónimo de éxito. Basta decir que en el torneo germano ha convertido 191
goles. Una cifra astronómica.
Fatalmente, pronunciarlo en nuestro
medio, no tiene el mismo peso, resonancia, ni impacto que en Europa.
Comparen. Desde el Mundial Corea-Japón
del 2002 hasta la actualidad ha participado con la bicolor en cinco
eliminatorias y anotado seis goles.
Flores ha jugado diez partidos
vistiendo la blanquirroja y convirtió cinco goles. Pizarro, en toda su vida,
un gol más.
¿Cuál es la explicación a tan
abrumadora diferencia…? Muy simple. La más importante. Que nunca se rompió con
la selección peruana tal como lo hizo en el torneo teutón.
Su edad, es otro elemento en contra.
Se va por los 40 años. Que sí pesan en el fútbol. ¡Y de qué manera...!
Mucho más, en un combinado como el
actual donde todos se conocen, comprenden y la mayoría ni siquiera llega a los
30.
De otro lado, convocarlo, significaría
dejar afuera a un joven promisor con un futuro que Pizarro ya no tiene porque
su ciclo concluyó.
Por eso, sorprenden los impertinentes
pedidos de Claudio en el sentido que Gareca lo invite a integrar la selección.
Lo mejor que podría hacer el
“Bombardero de los Andes” es felicitar a este puñado de jóvenes, desearles la
clasificación y un papel decoroso en Rusia 2018.
Pero, jamás pedirle a Gareca que lo
llame cuando ahora lo único que podernos ofrecerle, son las gracias por los
servicios prestados… a medias...
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