El Papa Francisco tuvo en Perú una acogida como se merecía. Nos dejó muchas lecciones. (La República).
La
visita del Papa Francisco al Perú nos han dejado muchas lecciones.
Primero.
Reconocer que somos un pueblo católico. La gente se volcó a las calles y
lugares especiales a su encuentro y gozó con ello.
Allí,
nos quedamos con la descripción que hace la importante agencia europea France
Press, antes que el Sumo Pontífice estuviera en la Base Aérea de Las Palmas:
"El Papa tuvo que llegar a Perú para
sentir el calor de la población católica que salió en masa a las calles para
arroparlo, a diferencia de la frialdad que recibió en Chile..."
Y
añade: "En Puerto Maldonado y
Trujillo su figura levantó pasiones entre los fieles...".
En una de sus
intervenciones Francisco expresó que: "No
podemos hacerle fhotoshop a la realidad. El corazón no se puede
"fhotoshopear". Jesús te ama como eres. No te maquilles el
corazón...".
Clarísimo. El
mensaje nos involucra a todos. Debemos ser
sinceros y honestos con nosotros mismos y con los demás. Algo que tanto
nos hace falta.
Y
otro paternal consejo que debemos portar siempre. Tal como hacemos con el
celular: "La vida vale la pena
vivirla con la frente en alto..."
Por
lo demás, quedó la idea de un Papa sencillo. Natural. Que dice lo que piensa y se
conmueve ante la necesidad y el dolor ajeno.
Pero,
como nada es perfecto. Luego que Francisco se retiró de Huanchaco y la
explanada de Las Palmas quedó mucha basura esparcida.
Una
bolsita de plástico en la cartera, la mochila o el bolsillo evitará que el
mundo observe esta escena que nos avergüenza. Disculpas por ello.
Antes
de partir el Papa declaró que la visita a Perú deja una huella imborrable en su
corazón. También en el nuestro...
Playa de Huanchaco, luego de la visita papal. Algo que no debe repetirse. ¡Una vergüenza...! (Correo).
No hay comentarios:
Publicar un comentario