
Para
muchos, es el enemigo. Aquel que, sin ningún motivo, persigue de manera
implacable a las autoridades. Pero, no es así.
La misión
de la Contraloría es supervisar, vigilar y verificar la correcta gestión y uso
de los recursos y bienes del Estado.
Cumpliendo
esa importante obligación, destacó su personal en las municipalidades y el
gobierno regional de La Libertad.
El
resultado fue alarmante. Más de 140 funcionarios de confianza no cumplen con el
perfil o los requisitos mínimos solicitados.
En el
gobierno regional laboran en esa condición 67 funcionarios, 23 en el municipio
de Trujillo, 15 en La Esperanza y en Ascope 13.
Se
trata de exigencias sencillas. Similares a las que, por lo general, solicita
una empresa o entidad privada.
Es
decir, poseer título profesional, ser colegiado, estar habilitado y tener años
de experiencia en la especialidad.
Y, como
es lógico, trabajar en el cargo según su profesión. Lo que nuestros abuelos
llamaban: "Zapatero a tus zapatos..."
El
análisis estableció que hay funcionarios en cargos que no coinciden con su
título. Otros están en vías de regularización y así por el estilo.
A pesar
de estar en falta, ciertas autoridades y funcionarios han expresado su rechazo.
No aceptan lo que está normado.
Un
alcalde dijo que eran solo dos, después seis y otro exteriorizó su desacuerdo en
forma amenazadora: "No cambiaré a nadie...".
Por su
parte, un funcionario municipal sintiéndose afectado, calificó el trabajo de la
Contraloría como una "ligereza".
El
cargo de confianza es una facultad vigente. Y está muy bien. Pero, no abusemos
de ella.
Ante
esta valiosa observación, lo aconsejable es cumplir con las recomendaciones y adecuarse
a las disposiciones.
¡Obedezcan
a la Contraloría...! Pongan a la gente en el lugar apropiado. Si no los tienen,
búsquenlos en otros filas. Olvídense de los colores políticos.
Así se
garantiza una función pública idónea y transparente. En beneficio de un pueblo
tantas veces golpeado. Solo queda acatar...
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