Una tienda del centro comercial de Trujillo derribada por el sismo de 1970. Casi medio siglo después. ¿Estamos
preparados...? (Redes sociales).
El
sismo de 8.0 de magnitud que sacudió ayer la selva peruana, se sintió en medio
continente y nos despertó a todos, es para reflexionar.
Y la
pregunta cae por su propio peso. ¿Estamos preparados en Trujillo para afrontar
algo semejante...? La respuesta es inmediata. No.
A días
de cumplirse casi medio siglo del terremoto de Ancash que causó más de 60,000
muertos y miles de desaparecidos, hemos aprendido muy poco.
Tratemos
solo dos aspectos donde la responsabilidad recae en un sector de la ciudadanía
y en la falta de operatividad de las autoridades.
Parte
de la población está comprometida por construir sus viviendas sin respetar las
exigencias mínimas de edificación privada.
En la
ciudad existen casas de varios pisos que carecen de columnas y exhiben techos
sin dinteles, ni vigas de cemento, lo que es gravísimo.
Luego
del mañanero temblor del sábado, un representante del municipio declaró que
cerca de las universidades privadas hay edificios hasta de siete pisos.
Afirmó
que fueron levantados sobre viviendas que solo debían poseer dos plantas, pero
se burló la norma y habilitaron cuartos para estudiantes.
De otro
lado, existe una ordenanza que prohíbe construir en el centro histórico edificios
que excedan los cuatro pisos.
Sin
embargo, desde hace buen tiempo, funcionan albergues, hospedajes y hoteles que
superan el límite. ¡Y nadie dice nada...!
En
cuanto al primer caso. ¿Quién otorgó la licencia de construcción...?
Respecto
a los siguientes. ¿Y las labores se supervisión
de la gerencia del ramo de la Municipalidad Provincial de Trujillo...?
Las
acciones de control de las construcciones se mantienen en vigencia, pero no se
ejecutan. ¿Por qué...?
Justo,
ahora que lamentamos que cientos de viviendas se derrumbaron en la zona
afectada, hay que recurrir a ellas y ponerlas en práctica.
El
trabajo municipal no solo es de corbata, oficina y sueldo a fin de mes. También
su deber es recorrer las calles. Observar, exigir, corregir y multar.
A los
propietarios. Sean conscientes. Conozcan sus obligaciones. Y, a las
autoridades. Supervisen y apliquen la ley.
Mañana, puede ser demasiado tarde...
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