Las comisiones de investigación del
congreso gastan millones. Debe haber más control para evitar despilfarrar del dinero del Estado.
Existe
un informe que fue revelado hace unos días por la prensa peruana, pero quedó en
las sombras frente a otras más importantes.
El
retorno de Nadine, la tragedia del Chepecoense y la interpelación al ministro
de Educación, coparon la atención de la gente y los titulares noticiosos.
Lo
analizamos ahora tratando de extraer algunas conclusiones, porque es
inadmisible que se derroche el dinero del pueblo en la forma que se hace.
Millonarias
cifras del erario nacional se invierten en las originales comisiones
investigadoras del congreso basadas en su reglamento interno.
Según
la información difundida, durante el gobierno de Humala se formaron once grupos
parlamentarios que generaron un gasto superior a los trece millones de soles.
Basta decir que la agrupación que exigió mayor
presupuesto fue la que investigó los hechos de corrupción del segundo gobierno
de Alan García.
Utilizó
más de tres millones doscientos mil soles y sus conclusiones fueron “objetivas
y muy bien sustentadas”, según declaración de su presidente.
Sin
embargo, todo el dinero se fue al agua porque el poder Judicial detectó fallas
de forma y excluyó al expresidente de la investigación.
Otra
de las comisiones del ejercicio anterior, investigó el caso Lava Jato que
requirió una inversión superior a los setecientos mil trescientos soles.
En
solo medio año de trabajo, gastó cerca de seiscientos mil soles en personal y
más de cien mil en bienes y servicios (?).
Concluyó
denunciando indicios de presuntos delitos
contra algunos funcionarios pero, contra todo lo imaginado, quedó archivado por
omitirse en la agenda del congreso. Más dinero perdido.
Hubieron
otras comisiones que abordaron casos como los de Rodolfo Orellana, Martín
Belaunde, Oscar López y temas de corrupción en Ancash y Forsur de las que casi
nada se sabe.
A pesar del fracaso
y la carencia de resultados positivos, en lo que va del gobierno actual
persiste el afán de las comisiones investigadoras.
Una está enfocada en los presuntos casos de
corrupción del gobierno de Ollanta Humala sobre proyectos de infraestructura.
Otra,
en torno al pago de supuestas coimas a funcionarios peruanos por empresas
brasileñas y una más que averigua los derrames de petróleo en la Amazonía.
El
mes pasado se aprobó reactivar la comisión del caso Lava Jato que deberá
trabajar por un período de ciento
ochenta días.
Hace
poco, se acordó investigar ciertas obras de
Humala como la Línea 2 del tren eléctrico, el Gasoducto del Sur y la
ampliación de la Refinería de Talara.
Se
sabe que esta última comisión contratará cuatro asesores e igual número de
técnicos para efectuar las pesquisas correspondientes.
Incluso
está programado un viaje a Brasil ya que en las obras intervienen compañías
cariocas vinculadas al caso Lava Jato.
De
esa manera seguirán funcionando los famosos grupos convertidos en una nueva
fórmula para aumentar el ingreso de los congresistas.
Allí
está la razón por la cual hasta pelean por formar parte de ellas y los "más
afortunados", integran dos o más comisiones.
Apreciable
cantidad del dinero público se perdió y seguirá perdiéndose así. ¿Hasta
cuándo...? ¿No hay un tope...? ¿Quién los controla...?
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