Recorte de la primera página del diario La Industria de Trujillo, hace medio siglo, con la entrevista que hacemos referencia.
Como
los periodistas no tenemos horario fijo de trabajo, ni descansamos cuando lo
hace la mayoría de la gente, esa mañana tenía que cumplir con mis labores
cotidianas en el diario La Industria.
Acudí
temprano. Dicho sea de paso, vivía cerca. En el jirón Diego de Almagro, frente
al actual Banco de la Nación, a unas cuantas cuadras, así que nunca tuve
problemas en ese sentido.
Leí
mis comisiones y me enteré que debía cubrir lo más importante de la jornada. El
cabildo abierto señalado para una hora antes del mediodía en el salón
consistorial de la municipalidad provincial, en la plaza de Armas. El resto de
tareas eran más fáciles.
Para
aprovechar el tiempo y avanzar, adelanté un par de notas esperando la hora indicada
y, luego de coordinar con el reportero gráfico, enrumbamos a la comuna.
Al
ingresar, alguien me alcanzó el programa de la ceremonia e hice lo aconsejable,
colocarme a un costado de la sala
tratando de pasar lo más desapercibido posible.
Ubicadas
las autoridades en el estrado oficial constaté que, sentado a lado del alcalde
figuraba, como invitado especial, al pensador iberoamericano Víctor Raúl Haya
de la Torre.
Lucía impecable terno oscuro, el pin de su
partido en la solapa, pañuelo doblado en punta en el bolsillo del saco y
cabello reluciente y engominado, según la costumbre de su tiempo.Frondoso y aburrido, como la mayoría de los actos de la época, luego de escuchar la lectura de extensas intervenciones, el ilustre político fue declarado hijo predilecto y emitió su discurso interrumpido por nutridos aplausos.
Tomé
algunos datos, pero no me parecieron suficientes así que esperé el final para
abrirme paso entre la multitud y tratar de entrevistarlo.
Superadas
las barreras humanas entre los que se encontraban dos fornidos sujetos, pronto
estuve frente al famoso fundador del partido aprista.
Lo
saludé, me identifiqué, le estreché la mano y, sin esperar más, le lancé una
batería de preguntas relacionadas con el momento político y las propuestas que
tenía para enrumbar el país por el camino del progreso.
Afable
y cordial, sus respuestas fueron vertidas en términos sencillos, como era su
estilo y se relacionaban a los planteamientos del Apra para que el Perú sea una
nación desarrollada.
En
el diálogo, como gran visionario, destacó su certeza que el centralismo de entonces no
era un sistema apropiado y que parte de la solución se apoya en descentralizar
el poder hacia el interior del territorio nacional.
La
entrevista, con foto a tres columnas en primer plano, salió publicada en la primera
página del viernes 30 de diciembre de 1966, hace exactamente cincuenta años.
El
artículo consta en el archivo periodístico de La Industria a continuación de su
logo característico con el nombre completo de su autor, quien justamente es el bloggero de Prensa Virtual Trujillo ll.
Como
para refrendar el histórico suceso, más tarde, un político contemporáneo me diría
a manera de comentario: "Si has entrevistado a Haya, siéntete un
afortunado..."
Con
el transcurrir del tiempo, aquel encuentro con Haya de la Torre se convirtió en
inolvidable referente y uno de los momentos que marcó mi vida en el apasionante
mundo del periodismo...
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