El Real Madrid sufrió para vencer al Kashima Antlers y coronarse campeón del Mundial de Clubes. (AFP).
El
destino los puso frente a frente. Real Madrid. Con sus títulos, prestigio y estrellas.
Kashima Antlers, con once desconocidos.
Un
monstruo de la pelota ante un ingenuo retador. Pero había que dar la cara y
tratar de salvar el honor porque se disputaba la Copa inter Clubes.
Escenario:
el estadio de Yokohama. A 39 kilómetros de Tokio. A donde se llega luego de
subir al tren en Shimbashi y pasar por Kawasaki.
Empezando,
se daba la lógica. Ya ganaba el conjunto albo con gol de Benzema. La goleada,
pronosticada por algunos, se venía venir.
El
Kashima asimila el susto. Se sacude. Respira profundo. Recupera la marca. Asegura
el servicio. Pisa el acelerador y toca la puerta de Navas.
No
se achica. Juega de igual a igual y antes del cierre de la primera etapa, el
menudo Shibasaki se escurre en la defensa y pone la igualdad.
Con
el constante apoyo de su fanaticada, los japoneses quieren más. Hilvanando casi
a la perfección, atacan hasta con cinco y
desequilibran la defensa visitante.
Los
pronósticos tambalean cuando el mismo ariete, se pasea dentro del área y, de
potente zurdazo pegadito al parante derecho, coloca el segundo.
Zidane
muestra su peor cara y Cristiano, desconcertado, dirige la mirada perdida a las
tribunas. El Real Madrid pierde dos a uno.
Es
entonces cuando aparece la experiencia y calidad del conjunto hispano. En una
acción de riesgo cobran penal. CR7, asustado, empata.
Kashima,
que saboreó la gloria por unos instantes, no se rinde. En un avance provoca que
Navas y Ramos, en la angustia de despejar un balón, choquen entre sí.
Transcurren
los minutos y ambos equipos desperdician ocasiones de anotar. Se cumplen los
noventa. Hay que ir al tiempo extra en
el que Ronaldo convierte los dos de la victoria.
Real
Madrid venció por cuatro a dos al Kashima Antlers y se coronó campeón Mundial
de Clubes que suma a los títulos de la Liga de Campeones y la Super Copa de
Europa.
Del
duelo se rescata una grata lección: que el fútbol es estado físico, capacidad,
estrategia y también... mucho corazón...
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