Rengifo anotó el gol del triunfo de Universitario ante Municipal. Fue el último duelo del descentralizado en el Mansiche. Y ahora. ¿Hasta cuándo...? (Libero).
El
emocionante partido que Universitario ganó por tres a dos al Municipal y lo
ubicó tercero, cerró los duelos del descentralizado en el estadio Mansiche.
Tras
el descenso de la Universidad César Vallejo y el fin de la ilusión del Carlos
Mannucci, la última esperanza se apagó con los tropiezos del Racing Club de
Huamachuco en la final de la Copa Perú.
A
pesar que nos llenó los ojos en el debut, la catastrófica goleada de la segunda
fecha lo estrelló contra el piso. Y no supo levantarse.
Casi
como premio consuelo, se dispuso que el choque por el tercer lugar del torneo
2016, que prometía, se juegue en Trujillo.
Con
la anticipación debida, asistimos al estadio y observamos cómo se colmaban sus
tribunas dándole el anhelado ambiente de festejo.
Muchos
lucían en el pecho con orgullo la camiseta de Universitario y no faltaron
quienes exhibían la del Municipal.
Y
hubo fiesta. Ganaban los cremas por uno, luego por dos. Se recupera el
"Muni", anota el primero, empata y, sobre la hora, Rengifo pone el
tercero.
Las
alteraciones del marcador hicieron vibrar al aficionado que no pidió permiso
para explotar celebrando los goles con hurras, gritos y aplausos.
Los
jugadores se entregaron sin ceder un milímetro en la disputa del balón y
despertaron a la barra estudiantil de la trinchera norte que nunca se cansó de
cantar y saltar.
No
pasó desapercibida la nerviosa voz de
las jovencitas que adornaron las graderías
y sufrían cuando el peligró rondaba la valla de Cáceda.
En
resumen, fue una atractiva tarde de fútbol profesional. Para ser recordada en
el futuro.
Trujillo
se lo merecía como despedida. Porque el 2017, será un año de sequía. De
ausencia y silencio. Sin la bulla que motivan los grandes equipos.
Me
embargó la nostalgia cuando se retiraba la gente. Yo no quería irme. Y me puse a mirar cómo se quedaba el Mansiche.
Solo. Mudo. Frío. Vacío.
Sin
los gritos y aplausos de antes. Sin los hurras, vivas, ni público. Ni siquiera
vendedores. Tal como será el año entrante. Sin fútbol profesional.
El
Universitario-Municipal fue un hola y adiós. No los veremos por un tiempo...
Tampoco al Alianza, Cristal y los otros... ¿Hasta cuándo...?
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