miércoles, 20 de junio de 2018

Mundial de Rusia: ¡Unos honran, otros avergüenzan...!

Imágenes de la hermosa lección de civismo que dieron los japoneses en Rusia. (Agencias).


          Una especial peculiaridad poseen los campeonatos mundiales de fútbol que se realizan cada cuatro años.

          Además de concentrar a las mejores delegaciones deportivas de las naciones del planeta, convocan a hinchas y aficionados.

          Dentro, y especialmente fuera de los escenarios, las comitivas turísticas intercambian modos, costumbres y culturas.

          En esta relación entre las personas, al encontrarse, coincidir y compartir por primera vez, se evidencia la educación y el respeto.

          Por su propia voluntad o incentivados por el gobierno, los ciudadanos del país anfitrión se esmeran en atender de la mejor manera a los visitantes.

          En la casi totalidad de las ocasiones establecen un singular vínculo de amistad que se prolonga, incluso, después del momento de partir.

          Sin embargo, este tipo de circunstancias no está exento de excepciones.

          Como el caso del peruano que, aprovechándose de la inocencia de una dama soviética y su desconocimiento del idioma, le hace repetir palabras indecorosas.

          Y, en el colmo de la falta de honestidad y decencia,  colgó varios videos en las redes sociales para vergüenza nacional.

          El sujeto ha sido identificado con nombres, apellidos y edad. El ministerio de Relaciones Exteriores o una entidad estatal, deben actuar para sancionarlo a su retorno.

          O el diálogo que sostuvo un reportero capitalino con un hincha mexicano luego de la victoria de los charros sobre Alemania.

          Emocionado, el aficionado azteca declara ante las cámaras que los germanos habían probado el chile (ají) mexicano.

          Haciéndose el gracioso, el hombre de televisión le formula una bochornosa interrogante:

          -- ¿Y cuántas rusas han probado el chile mexicano...?

          La entrevista resultó de tan mal gusto que obligó a un conocido periodista deportivo limeño a pedir disculpas públicas a los televidentes.

          Para salir del aprieto en que se había metido, el agresor publicó en su cuenta:

          -- Si consideran que no era la frase adecuada, pido disculpas.

          Por supuesto que no era la expresión correcta. Cometió un gravísimo error. Y es imposible que no se haya percatado de ello.

          En contraste con estas circunstancias para el olvido, que esperamos no se repitan, los japoneses nos dieron una hermosa lección de civismo.

          Ocurrió en las tribunas del estadio Mordovia Arena de Saransk, luego de la inesperada victoria de Japón sobre Colombia.

           Videos y fotografías, que se han hecho virales, muestran a los orientales juntando papeles, vasos, botellas y demás objetos usados.

          Provistos de gigantescas bolsas plásticas y con inusitado afán, recorrieron las escalinatas portando banderas o toallas niponas que los identificaban.

          "Termina el partido y los hinchas japoneses, que salieron ganadores hoy, recogen la basura del estadio. Se aprende todos los días", escribió el periodista Juan Carlos Vélez en twitter.

          Esta ejemplar actitud de los hijos del Sol Naciente no es nueva. La realizan desde muchos años atrás.

          Mientras perversos connacionales, con un sentido totalmente distorsionado de hombría, empañan nuestro prestigio, otros enaltecen el suyo.

          Hay aún mucho que trabajar en el Perú por fomentar la educación y la cultura para no quedarnos a la zaga de los países desarrollados...

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