Mannucci se dejó voltear un partido que lo tenía ganado. (La Industria).
La
noticia más grata y la más dolorosa derrota de los últimos tiempos, experimentó
el Carlos Mannucci el fin de semana.
Estando
de escolta del Cienciano que persigue a la Universidad César Vallejo como puntero,
recibió tres puntos en la mesa vía un reclamo.
Eso
lo ubicó en un lugar expectante en la tabla. Segundo, con aspiraciones de
disputar el ascenso al fútbol profesional.
En
el compromiso de ayer enfrentó al Unión Huaral que se confunde con los primeros.
Y,
empezó bien, Abrió el marcador con gol de Lagos y se puso 2 a 0 con el penal
convertido por Pappano.
Antes
que terminara la etapa inicial, los sureños descontaron las cifras mediante la
pena máxima.
Ya
en el complemento, una entrada en profundidad obliga a la defensa visitante
derribar a Noronha. El juez cobra penal.
Con
disparo bien dirigido, Vega amplía la ventaja: 3 a 1.
Una
diferencia de dos tantos a favor, otorga cierta confianza. Había que rotarla,
si descuidar la tarea ofensiva. Ir por más.
Pero,
sucedió lo menos aconsejable. Creer que esa ventaja era suficiente y se podía
dejar de presionar.
Huaral
es un equipo de tradición en el fútbol peruano. Por razones financieras y falta
de apoyo, sufre para lograr el ansiado ascenso.
Y
posee algo de lo que carecen algunos clubes nacionales. El espíritu de lucha.
Aquello de no bajar los brazos y seguir en la brega.
Por
eso se justifica que, en el último tramo del encuentro, se haya propuesto
lucharlas todas.
Así,
recortó a 3 a 2, empató 3 a 3 y, finalmente, consiguió el 4 a 3 que le permitió
respirar con tranquilidad.
Duele
la derrota por la forma como se perdió. Los carlistas recibieron 7 goles en los
dos últimos duelos.
No
te pueden voltear una lid que vas ganado y juegas en casa. Hay que dialogar con
la almohada. ¡Así no, Mannucci...!
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