Gol de Mandzukic que dejó en medio camino a Inglaterra y permite a Croacia jugar la final del Mundial de Rusia. (Redes).
No
sabemos si Croacia logrará escribir su nombre como campeón de la Copa del
Mundo, pero sí que ayer demostró cómo se debe jugar el fútbol.
La
exhibición la hizo en Moscú ante Inglaterra disputando la chance para ser
adversario de Francia el domingo por el ansiado trofeo.
Casi
nada tenía a su favor. No era favorito para ganar y hasta perdían fisonómicamente.
Poseen menor talla y peso.
Ni
siquiera eran mayoría en las tribunas. Las graderías estaban colmadas de
camisetas blancas ansiando la victoria
inglesa.
Y,
cuando vía un certero tiro libre que venció al arquero Subacic recibieron el
primer gol en contra, parecía que se daba la lógica.
El
once de camiseta oscura no tuvo un buen primer tiempo.
Iniciando
el complemento, los croatas dieron la impresión de ser otro equipo en el campo.
Tuvieron
desplazamientos mucho más rápidos. Marcaron al milímetro. Abrieron la cancha
para recibir desmarcados el balón y fueron hacia adelante.
El
esfuerzo tuvo su recompensa. Pericic igualó el marcador y no se conformaron con
eso. Siguieron batallando por más.
Su
férrea actitud desequilibró las acciones e influyó en el estado sicológico del
adversario. Se desconcertaron.
En
ese afán, fueron sorprendidos por los noventa cumplidos. Debían ir a los 15-15
suplementarios.
El
desgaste empezó a evidenciarse en quienes incursionaron en los mundiales con su
camiseta de damero.
Había
que continuar en la brega. Aún así debilitados, restaban músculos y energía
para seguir corriendo.
Hasta
que vino el cabezazo hacia atrás que recibió Mandzukic y la introdujo en el
lado contrario. 2 a 1.
Croacia
y Francia, dos conocidos de Perú, jugarán la final por el título.
A
partir de hoy, cuando los técnicos enseñen a jugar, deben mostrar el duelo de
ayer donde Croacia dio una exquisita lección de fútbol...
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